¿Cuántos habéis sufrido alguna vez una quemadura solar?
Supongo que casi todos la hemos sufrido y algunos hasta con vergüenza porque sabemos lo malo que es.
Sí, sabemos que está mal y nos arrepentimos cuando hacemos muecas de dolor mientras tratamos de vestirnos. Pero tal vez si realmente entendiéramos lo que le sucede a nuestra piel mientras nos tumbamos tranquilamente al sol durante esos 10 minutos adicionales, no seríamos tan negligentes.
¿Qué es una quemadura solar?
Una quemadura solar es la respuesta de la piel a la exposición extrema a los rayos ultravioleta (UV) e indica un daño grave.
En tan solo 10 minutos de exposición intensa a los rayos UV, la piel pone en marcha un sistema de defensa contra este enemigo.
El primer indicio de daño es el enrojecimiento. Esta es la respuesta inflamatoria del cuerpo en situaciones que requieren reparación y es el resultado de la dilatación de los vasos sanguíneos.
La piel comenzará a perder humedad e hidratación, lo que se hará evidente con una sensación de tirantez. Poco a poco, las células de la piel comenzarán a engrosarse y se producirá el pigmento de melanina (bronceado) en un intento de evitar que los rayos UV penetren a las capas más profundas y dañen el ADN de las células.
Cuando la piel se expone a altos niveles de luz solar, puede provocar hipo o hiperpigmentación, que aparecen como manchas irregulares claras u oscuras. El cuerpo es excelente para hacer frente a cantidades mínimas de daño, pero si la exposición es mayor que la capacidad del cuerpo para reparar y limpiar, pueden producirse consecuencias más graves. Si el ADN está dañado y sus mecanismos de reparación se inhiben, puede aparecer cáncer de piel.
¿Por qué se pela la piel?
La exfoliación después de una quemadura solar es la forma que tiene el cuerpo de deshacerse de las células dañadas que corren el riesgo de "perder el control" y convertirse en cancerosas. Debido a este peligro, todas las células dañadas reciben instrucciones de autodestruirse mediante mecanismos de reparación dentro de estas células. Esta destrucción masiva de células hace que se desprendan capas enteras de piel dañada, que serán reemplazadas por otras células debajo de esas capas.
Tengo una quemadura solar, ¿qué debo hacer ahora?
En primer lugar, debemos ocuparnos de la causa del problema: hay que salir del sol inmediatamente.
Hay que beber mucha agua, podemos estar deshidratados. Si la piel tiene ampollas graves, busca ayuda de un médico. Es importante reducir la inflamación e intentar reducir el daño a las capas más profundas de su piel.
Toma un baño frío (sin productos añadidos) y seca luego la piel con toques suaves.
Evite las cremas grasosas, que impiden que la piel se enfríe y pueden empeorar la situación. En lugar de eso, aplica generosamente un gel calmante para después del sol en las áreas enrojecidas y mantente lejos del sol y del calor.
Busca ingredientes como clavo, regaliz, lavanda, pepino y yuca para reducir la irritación, el dolor y el enrojecimiento.
Busca también un ingrediente increíble llamado aliso japonés para acelerar la reparación del daño del ADN inducido por los rayos UV.
Combina esto con ingredientes como algas y ácido hialurónico para rehidratar la piel y estarás en el camino correcto para conseguir calmar y "tranquilizar" tu piel.
Productos hidratantes, ligeros y refrescantes como circular hydration serum, calm water gel o hyaluronic ceramide mist, pueden aliviar esos malos ratos después de un duro día de sol.