Primero entendamos qué es la vitamina C La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico y ácido L-ascórbico (LAA).
Es una vitamina soluble en agua que funciona en los compartimentos acuosos de las células.
Se encuentra en muchos alimentos diferentes como verduras y frutas y es el antioxidante más abundante en la piel humana.
La vitamina C tiene un anillo de 5 hidrocarburos similar al de la glucosa. Con un ion de hidrógeno adjunto, LAA se convierte en un ácido de azúcar débil, similar a otros alfahidroxiácidos utilizados en muchos productos para el cuidado de la piel.
Dado que los seres humanos son incapaces de sintetizar la vitamina C de forma endógena, es muy importante obtener una cantidad suficiente a través de la dieta. Este antioxidante es necesario para varias funciones corporales importantes, como nuestro sistema inmunológico y la reparación de tejidos después de una lesión.
La palabra “Ascorbus” significa “sin escorbuto”. Tradicionalmente, los marineros llevaban alimentos ricos en vitamina C como los limones en viajes largos para evitar el escorbuto, una enfermedad de las encías sangrantes. Además de protegerte contra el escorbuto y reducir el riesgo de otras enfermedades crónicas, la vitamina C también juega un papel clave en la salud de tu piel.
¿Por qué necesitamos aplicar vitamina C en la piel?
Aunque la vitamina C es un componente normal de la piel que se encuentra tanto en la dermis como en la epidermis, la biodisponibilidad de la vitamina C en la piel puede ser inadecuada cuando se administra por vía oral. Además, a medida que envejecemos, la cantidad de vitamina C en nuestra piel disminuye y por ello se recomienda y se favorece el uso de ácido ascórbico tópico en la práctica de la dermatología.
La vitamina C está disponible en varias formas diferentes. Entre todas las formas, el ácido L-ascórbico es el más biológicamente activo, ya que es la molécula que utiliza el cuerpo.
Para que una vitamina C tópica funcione, primero debe penetrar en la piel y luego permanecer estable y estar disponible para tener un efecto biológico. Debido a que es una molécula inherentemente hidrófila e inestable, se han desarrollado derivados del ácido ascórbico que son más estables con una capacidad de penetración mejorada para su uso en formulaciones cosméticas. Para que estos derivados funcionen, primero deben absorberse en la piel (superando el carácter hidrofóbico del estrato córneo) y luego convertirse en ácido L-ascórbico.
¿Cuáles son los principales beneficios de la vitamina C para la piel?
1. Tiene poder antioxidante
Las especies reactivas de oxígeno (ROS) son un factor importante involucrado en el envejecimiento humano. La piel humana está expuesta a ROS generados a partir de fuentes extrínsecas, como la luz ultravioleta (UV) del sol, y fuentes intrínsecas, como el metabolismo oxidativo endógeno. ROS daña el colágeno al fragmentarlo. El estrés oxidativo también desencadena la producción de metaloprotienasas de matriz (MMP), lo que conduce a la descomposición del colágeno. La piel tiene una necesidad crítica de antioxidantes como la vitamina C para neutralizar las ROS e interrumpir este ciclo de daño.
2. Participa en la protección y producción de colágeno
La vitamina C es esencial para la producción de colágeno. La vitamina C actúa como cofactor de las enzimas responsables de estabilizar el colágeno, promoviendo un colágeno nuevo y más estable para la piel. La vitamina C también aumenta la tasa de proliferación de fibroblastos que son productores de colágeno.
3. Ayuda a reducir la hiperpigmentación y mejorar el brillo natural de la piel
La exposición crónica a los rayos UV y el estrés ambiental pueden estimular un exceso de producción de melanina, que a menudo es la causa de la hiperpigmentación. La vitamina C inhibe la producción de melanina en la piel, lo que ayuda a aclarar la hiperpigmentación y las manchas marrones, igualar el tono de la piel y mejorar la luminosidad de la piel. Así que sí, la vitamina C es un ingrediente multitarea para el cuidado de la piel que todo el mundo debería incluir en su rutina diaria.
